Cine francés:
La Nouvelle Vague
- Este manoseado término que en principio fue tan sólo una actitud crítica, se convirtió en una corriente que comenzó a mostrar situaciones consideradas tabú, alejado de los grandes problemas colectivos, remitiéndose a los problemas de las parejas.
A las playas de los movimientos cinematográficos llegó una ola que causó todo un vuelco en las tierras del cine. Este fenómeno nació en Francia a principio de los años sesenta de mano de, en su mayoría, jóvenes cineastas que propusieron dar un impulso intelectual, ideológico y creativo al cine. Por otro lado, también querían regenerar cinematografías consideradas en declive. Estos realizadores eran procedentes del mundo de la crítica, más en concreto, de la revista creada por André Bazin, “Cahiers du Cinéma”.
Al cine francés se le criticó que su gran error y pecado fue caer en la literatura. Paralelamente los críticos rechazaban las estructuras del cine de ese entonces, las que calificaban de ser demasiado académicas. Ellos estaban en pro de un cambio, defendiendo la espontaneidad y el rodaje en exteriores, con locaciones reales, apelando a la improvisación y a buscar actores nuevos.
Los principales exponentes fueron Jean-Luc Godard, con Al final de la escapada (A bout de souffle, 1959). Con esta cinta Godard destruye la noción de encuadre gracias a la fluidez de la cámara, proporcionado por la utilización de una silla de ruedas, para obtener así una mayor ligereza en los travellings; Claude Chabrol con “El bello Sergio” (Le beau Serge, 1958); François Truffaut con “Los cuatrocientos golpes” (Les quatre cents coups 1949), quien ganó el premio para la mejor dirección; Alain resnais con “Hiroshima, mon amour” en 1959.
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