Este año que pasó, quiero rememorar uno de los trabajos que hicimos junto a mi grupo de trabajo. Claudio, Fallón y yo realizamos un ensayo en el cual hablamos de los medios de comunicación.
Los medios de comunicación
¿Informan Realmente?
¿Qué se entiende por información?
Actualmente los medios de comunicación han sido sometidos a una profunda crítica social que apunta a que si éstos informan realmente o se esmeran más que nada en buscar notas que no informan nada. Es así como hemos planteado que en nuestro país la palabra información ha sido trastocada y mal llevada por los medios de comunicación quienes han desvirtuado este vocablo y en vez de comunicar se han remitido a entregar notas que no contienen aspectos nuevos que alimenten el saber de la población.
Por otro lado, las peleas entre bancadas y/o los escándalos que se producen en la farándula criolla son el plato fuerte de varios medios de comunicación que han privilegiado estos conflictos a mostrar lo que realmente ocurre en el país. Cabe destacar que hasta la línea editorial de algunos medios ha cambiado y utiliza sólo este recurso a la hora de informar.
Ahora, hay que subrayar una vieja máxima del periodismo que indica sobre quien incide más en el otro: o son los medios de comunicación que colocan temas en el tapete para la opinión pública o son las personas quienes ejercen soberanía sobre los medios masivos y ellos “obligan” a instalar temas para que nosotros, como comunicadores, mostremos lo que ellos quieren ver. Es así que, como grupo, apostamos por lo primero y es que los periodistas y comunicadores son los responsables de lo que la gente ve y lo que no ve. Es así como los medios de comunicación de una u otra forma crean la parrilla de noticias que los ciudadanos consumimos a diario. Serán ellos finalmente quienes harán la selección de noticias que van a aparecer en los medios y que finalmente se comentará al día siguiente.
¿Qué se quiere informar?
Como ya hemos dicho, los medios de comunicación, hoy en día, no muestran lo que realmente importa e informa. No van a lo medular del asunto, ya que se dedican a exagerar las imágenes de violencia o de hechos que lleven a la polémica y/o al morbo que ocurren en fechas conocidas por todos como el 29 de marzo, 11 de septiembre, paros y convocatoria a movilizaciones, entre otras.
Ahora, centraremos el tema en lo ocurrido el pasado 11 de septiembre, ¿cuántos medios informaron acerca de las marchas y homenajes que, pacíficamente, ocurriendo durante el día?, seguro que la respuesta es que les brindaron mucho menos tiempo al que le dieron a los hechos de violencia que terminaron por enlodar un día que había sido, a todas luces, tranquilo. Siguiendo esta línea, en las poblaciones se sabe que para el “11” van a tener la prensa fuera de sus casas. ¿No es motivo más que interesante para hacerse “notar” y sacar sus armas de fuego y desatar la violencia?. Entonces cabe preguntarse, de quien es la culpa, del llamado “lumpen” o de los medios de comunicación que les da tribuna.
Nosotros no estamos en contra de la libre información, pero es verdad que al brindarle espacio televisivo al lumpen les abrimos la posibilidad de hacer desórdenes. Los medios de comunicación trabajan para mostrar los que ellos quieren informar a la gente y esto ha provocado dos clases de públicos: por una parte, se encuentra la población que se ha acostumbrado a ver lo que ellos les entregan y también existen los que están aburridos de lo mismo y esperan un cambio donde puedan ser informados con lo que realmente importa en nuestro país.
¿Que impacta más?
Hoy, para los medios de comunicación, el tener imágenes impactantes es mucho más “vendible” que una noticia positiva. Esto, arraigado en que somos una cultura que privilegia y le da más importancia a los hechos negativos, cultivado por los estados de ánimo a los cuales estamos acostumbrados por generaciones: el negativismo.
Chile está acostumbrado a ver espectáculos a la hora de las noticias, y los medios se los dan mostrando y gastando una misma imagen para que todo un país quede espantado respecto a lo que ocurre. La televisión, por ejemplo, puede exponer a un grupo de personas haciendo escándalo en la vía pública y señalar que son decenas de personas, sin embargo, basta hacer un zoom back a la imagen y puede que en realidad sean sólo 5 sujetos los que hacen desórdenes. Aquí la televisión tergiversa la información y crea un ambiente de guerra en situaciones que no corresponde sólo por el hecho de impactar y golpear a los demás medios.
La rectitud es un punto importante a tratar. Si bien es cierto que es casi imposible que exista la objetividad al 100%, es visible que cada vez es menor la honestidad que los medios aplican a sus noticias, puesto que, hay casos, en que estos dan vuelta una información para hacerla mucho más atractiva, olvidando la ética, pilar fundamental que debería regir en los medios de comunicación.
El abuso de imágenes utilizado por medios audiovisuales es irrisorio. El intento de los medios de causar impacto en las noticias ha sobrepasado los límites y marean a los telespectadores con secuencias que muestran un país en casi guerra. Por otro lado, si uno cambia de canal, todos están en lo mismo. Al parecer, el quién tiene la imagen más impactante y quien logra más sintonía es el vencedor de los medios, olvidando el objetivo principal que es informar.
Y qué dicen las Estadísticas[i]
Es así como podemos concluir que los primeros minutos de los noticiarios abarcan el mayor porcentaje de violencia, minutos cruciales ya que en estos segundos los canales se disputan el público para el resto del noticiero y la programación nocturna. Hoy la gente pasa de una comedia llena de dramatismos y preocupaciones a más preocupaciones impuesta por los mismos noticiarios.
Ahora, ¿estamos preparados para ver televisión?
Es necesario hacer una pequeña reflexión sobre lo que ocurre con los medios de comunicación a nivel de televisión, puesto que hasta hace unos años han introducido a sus parrillas programáticas imágenes chocantes a horas no aptas, causando en niños y jóvenes un trauma que no es percibido por la población. El alto impacto de las imágenes acabará en algún momento transformando a los teleespectadores, especialmente menores, quienes adoptarán, por ejemplo, la agresividad como pauta de vida. El impacto causado por la televisión creará pautas de comportamiento disfuncionales y formas de pensar inducidas, en gran parte, por un medio de comunicación que llega masivamente a los hogares, perturbando la mente de muchos jóvenes y niños que no están preparados para digerir las secuencias expuestas, es más, quizás los chilenos aún no estamos preparados realmente para saber ver, escuchar ni mirar la televisión[ii].
Es así como este punto lo podemos ligar a como los chilenos estamos enfrentando la televisión hoy en día. Los padres actualmente no son capaces, ya sea por falta de tiempo o preocupación, de educar a sus hijos y es así como la televisión ha tomado involuntariamente este papel. Esto se ve reflejado en la violencia que muchos jóvenes muestran en los enfrentamientos donde le han perdido el miedo a las autoridades y se creen casi intocables. Cosa de la cual se alimentan los medios y muestran, como circulo vicioso, a través de sus pantallas.
¿Qué nos queda como comunicadores?
Se debe reflexionar que, quizá, faltan más espacios donde debatir los temas que realmente nos aquejan como ciudadanos y en donde podamos ver a los políticos exponiendo qué pasa realmente con ciertos temas para poder informarnos mejor. El propósito que se debería buscar es darle un vuelco al tipo de información que llega a diario por los diferentes medios de comunicación para hacerlos creíbles nuevamente, ya que muchos no creen en las informaciones y se ha perdido la veracidad de los medios por la misma “farandulización” de las noticias durante el último tiempo.
La televisión es una herramienta potente y sin igual que nos conecta con el mundo y nos abre los ojos frente situaciones que nunca estarían a nuestro alcance conocer, cruza fronteras y une países, y es por ello que muchos anhelamos el buen uso de ella. Pero, ciertos medios han privilegiado mostrar lo negativo del mundo en vez de lo bueno que ocurre. Es así como algunos medios compran imágenes impactantes para impresionar a una población que no es siquiera capaz de digerir todas las catástrofes que ocurren en este supuesto infierno llamado tierra.
En conclusión, podemos decir que los medios de comunicación no informan todo lo que está pasando realmente en nuestro país y caen en repeticiones absurdas de imágenes, no trasmitiendo a la población la información medular sobre lo que está pasando y qué es lo que quiere hacer el Gobierno frente a ciertas situaciones que necesitan un accionar rápido, para resolver los problemas. Así, hay un sentir de malestar en la gente que no está siendo bien informada y que va perdiendo interés en los noticieros, porque saben que siempre verán “más de lo mismo”.
[i] Consejo Nacional de Televisión. Barómetro de noticias en la TV abierta. http://www.cntv.cl/medios/Publicaciones/2003/Supervision/Bar2_2003_noticiarios.pdf
[ii] Juan Soto Rodríguez. “La influencia negativa de la televisión”. http://www.educaweb.com/EducaNews/interface/asp/web/NoticiesMostrar.asp?NoticiaID=160&SeccioID=301
